CEAR pide que la Fiscalía investigue los hechos y la falta de colaboración de las autoridades con la Oficina del Defensor del Pueblo.
El Defensor del Pueblo acusa a la Delegación de Gobierno en Ceuta y a la Comandancia de la Guardia Civil en esa ciudad de obstaculizar la investigación y de falta de lealtad institucional.
El Defensor del Pueblo ha dado la razón a CEAR en su denuncia sobre devoluciones ilegales de solicitantes de asilo a través de la frontera de Ceuta. En un informe hecho público hace unos días, la oficina del Defensor afirma que “ha quedado acreditada la práctica de unas devoluciones por la vía de hecho, con ausencia del procedimiento legalmente establecido, y en las cuales se ha lesionado el derecho constitucional de los interesados a la asistencia letrada. Asimismo, ha quedado acreditado que se realizaron devoluciones de personas que se encontraban ya residiendo en territorio español como solicitantes de asilo o con cita concedida para realizar la solicitud”. Para el defensor del Pueblo, los hechos constituyen “una muy grave vulneración de la normativa de extranjería, y debieron ser investigados con la diligencia y la profundidad que merecían”.El 28 de diciembre de 2004, la Guardia Civil de Ceuta detuvo y expulsó a nueve personas que contaban con la documentación que les acreditaba como solicitantes de asilo. Ante las denuncias de CEAR, el Defensor del Pueblo requirió información a la Delegación del Gobierno en Ceuta y a la comandancia de la Guardia Civil de la misma ciudad, requerimiento que no ha sido atendido. Por ello, la oficina del Defensor denuncia que “la demora en la respuesta y fundamentalmente el contenido de la misma evidencian a juicio de esta Institución la falta de interés en que estos hechos sean definitivamente aclarados, y ponen de manifiesto la persistencia en la obstaculización de la presente investigación y una falta de lealtad institucional que será debidamente reflejada ante las Cortes Generales en el próximo informe”.
La Oficina del Defensor del Pueblo ha dirigido a la Delegación del Gobierno en Ceuta un recordatorio de deberes legales y confía en que en el futuro se respeten la Ley y el Reglamento de extranjería.
CEAR solicita que la Fiscalía General investigue a fondo lo sucedido y adopte las medidas correspondientes contra los responsables de las expulsiones de solicitantes de asilo. Además, CEAR exige que se hagan efectivas las garantías suficientes para que estas prácticas sean erradicadas, y que se establezcan unas directrices claras por escrito hacia todos los organismos competentes sobre el respeto a la voluntad de pedir asilo y la aplicación del principio de no devolución.
CEAR solicita también que se abra una investigación sobre la falta de respuesta de las autoridades a los requerimientos de la Oficina del Defensor del Pueblo, y que se actúe contra los responsables. Esta falta de respuesta supone un menosprecio de los deberes que las autoridades tienen con la alta institución de la Defensoría.
¿Qué pasó en Ceuta?
El 28 de diciembre de 2004 la Guardia Civil inició un despliegue en busca de inmigrantes recién llegados de manera irregular a Ceuta.
Agentes de la Guardia Civil, algunos de ellos de paisano, realizaron controles muy exhaustivos a los extranjeros que se aproximaban al viejo colegio de San Antonio, propiedad de la Comisión de Migraciones de la Iglesia católica y reconvertido en lugar de acogida ante la saturación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), a los que retenían y dejaban en libertad tan sólo cuando habían verificado su documentación.
Entre las seis y las siete de la tarde, un grupo de diez personas que iban a ser reubicadas de dicho colegio a las instalaciones de la Cruz Blanca (un comedor asistido por frailes) fueron obligadas por estos guardias civiles a subir a un furgón, a pesar de que tenían formalizada su solicitud de asilo y mostraron la documentación que lo acreditaba. La razón aducida por los agentes para dicha actuación era verificar en una comisaría si tales documentos eran auténticos a través de una nueva comprobación de sus huellas dactilares.
Sin embargo, fueron trasladadas a la casa-cuartel del instituto armado, donde les arrebataron toda la documentación relativa a su solicitud de asilo en trámite y en ningún momento les tomaron sus huellas. Después las diez fueron conducidas en varios automóviles al perímetro fronterizo que separa Ceuta de Marruecos, donde cinco de ellas lograron escapar en un descuido de los agentes y dieron testimonio a CEAR de estos hechos.
Las otras cinco no lo consiguieron y, después de ser golpeadas por los agentes de la Guardia Civil con sus porras y ser amenazados con fusiles según declararon, fueron obligadas a pasar a territorio marroquí, donde fueron abandonadas. De acuerdo con sus testimonios fueron llevadas en varios jeeps de la Guardia Civil y, tras arrebatarles toda su documentación y rompérsela, les obligaron a correr ladera abajo mientras les disparaban pelotas de goma, algunas de las cuales les impactaron en la espalda.
Posteriormente, la policía marroquí las detuvo y las trasladó a la comisaría del pueblo vecino de Castillejo, desde donde las condujeron a un tribunal de Tetuán y dos días más tarde en autobús hasta la frontera marroquí con Argelia, cerca de Oujda. Y las cinco personas que fueron expulsadas de manera irregular, entre ellas un menor de edad, han denunciado estos hechos a través de asociaciones de derechos humanos marroquíes.
Además, personas de la Comisión de Migraciones de la Iglesia católica aseguraron también que otros cuatro solicitantes de asilo, con toda su documentación en regla, fueron retenidos por dos guardias civiles, que sin ningún tipo de permiso entraron en una propiedad privada, el colegio de San Antonio, se los llevaron y los expulsaron a territorio marroquí.
Las personas de nacionalidad española que presenciaron todo este operativo y algunos de los hechos narrados y que pertenecen a la Comisión de Migraciones y a colectivos de defensa de los derechos humanos intentaron averiguar las razones de tal despliegue y de las detenciones de estas personas, a pesar de que tenían toda su documentación en regla. La única respuesta de los agentes fue increparles e incluso denunciar a una de ellas por alteración del orden público, cuando sólo pretendía que respetaran los derechos de los afectados.
Al conocer estos sucesos revelados por el diario Sur, el mismo 12 de enero de 2005 CEAR difundió un comunicado de prensa en el que pidió una investigación a fondo del suceso y la adopción de medidas urgentes para que estos hechos, que entrañan una gravísima vulneración de la Convención de Ginebra, la Constitución y la Ley de Asilo, no vuelvan a repetirse nunca más. Incluso si estas personas hubiesen sido inmigrantes, y no solicitantes de asilo, la legislación española de extranjería define un procedimiento para su expulsión con todas las garantías.
Además, CEAR exigió que las autoridades garantizaran el inmediato retorno de los solicitantes de asilo a territorio español y que se llevara a cabo una investigación a fondo sobre estos hechos, con la adopción de las medidas cautelares necesarias contra el mando de la Guardia Civil responsable del operativo de expulsión del 28 de diciembre, así como contra quienes hayan participado en los maltratos constatados.
En tercer lugar, CEAR solicitó que estas prácticas sean erradicadas y que la Delegación del Gobierno en Ceuta o el propio Ministerio del Interior establecieran unas directrices claras y por escrito dirigidas a todos los organismos competentes sobre el respeto escrupuloso a la voluntad de solicitar asilo y la aplicación del principio de no devolución desde el momento en que se pide la cita.
Ante la gravedad de estos hechos, CEAR presentó una queja ante el Defensor del Pueblo. CEAR ha denunciado en varias ocasiones en los últimos años las expulsiones ilegales de solicitantes de asilo , incluso ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra (Suiza).
También ACNUR reaccionó con rapidez y solicitó al Gobierno que dispusiera las medidas necesarias para que los nueve solicitantes de asilo expulsados de manera ilegal pudieran retornar a España, la investigación de los hechos y el final de estas prácticas. Finalmente, los solicitantes de asilo expulsados de manera irregular que posteriormente fueron encontrados en Marruecos han podido regresar a territorio español.
http://www.cear.es/index.php?action=view&id=93&module=newsmodule&src=%
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