La relación con el paciente inmigrante. Perspectivas investigadoras. Manuel Moreno Preciado1 | ||
1Enfermero y Licenciado en Antropología Social y Cultural. Universidad Europea de Madrid, España. CORRESPONDENCIA: Manuscrito recibido el 8.06.2004 Index Enferm (Gran) 2005; 50: 25-29 | Resumen Abstract Este artículo pretende establecer algunas consideraciones y reflexiones sobre el reto que supone para el colectivo enfermero el cuidado del paciente inmigrante y también sobre las perspectivas investigadoras. Se parte de una revisión documental y de diferentes estudios realizados por el autor, donde se analizan los centros de interés por parte del colectivo enfermero y los diferentes factores que inciden en la relación enfermera/paciente inmigrante. Se desprende del artículo que los grandes focos de interés para los profesionales son: 1. Estudio de las patologías de procedencia. 2. Estudio de los factores asociados al momento de la migración. 3. Estudio de los factores de riesgo asociados a las condiciones de vida del inmigrado. En la relación enfermera/paciente inmigrante se evidencia que los inmigrantes aunque valoran de forma positiva la atención sanitaria que reciben, refieren dificultades en la satisfacción de sus necesidades básicas. Se concluye con la necesidad de cuestionar las prácticas despersonalizadoras y favorecer el diálogo intercultural. NURSE/IMMGRANT PATIENT RELATION: RESEARCH PERSPECTIVES This article intends to reflect upon the challenge that immigrant care represents for the nursing profession as well as to outline some research perspectives related to this issue. It is based on a review of specialised literature and a number of studies carried out by the author. It will also look at mayor topics of interest for the nursing profession and different issues that impinge on the nurse/immigrant patient relationship. This paper argues that these topics of interest are: 1. study of the origin pathologies, 2. studies of factors related to the immigration process, 3. study of risk factors associated to the immigrants living conditions. It will also argue that, although the immigrant patient assesses the health care received positively, they find difficulties with the satisfaction of their basic needs. In the final part the author will question impersonal practices and argue for the need to foster intercultural dialogue. |
Introducción
El actual flujo migratorio en nuestro país está causando una cierta sorpresa y preocupación, que hace que algunos autores se interroguen sobre ello. ¿Es por su carácter inesperado?, como dice Antonio Izquierdo (1996),1 o ¿es por falta de memoria histórica? como afirma Miguel Pajares (1999).2 Como quiera que sea, nos hacemos una serie de preguntas: ¿quiénes son?, ¿cuántos son?, ¿por qué están aquí?, ¿qué hacen aquí?. Y también: ¿esto qué significa?, ¿hasta dónde va a llegar?, ¿qué consecuencias tendrá para nuestras formas de vida (Moreno, 2002)? 3
También desde el contexto de las instituciones sanitarias se vive con cierta preocupación la relación con el paciente inmigrante y surgen de igual forma numerosos interrogantes: ¿cómo afecta a la relación enfermera/paciente el encuentro entre personas provenientes de diferentes culturas?, ¿cuáles son las percepciones de los inmigrantes sobre cómo son atendidos?, ¿cuáles son las percepciones de los profesionales sobre el cuidado del inmigrante?, ¿cuáles son las áreas asistenciales de mayor impacto?, ¿cuáles son los aspectos que requieren mayor atención?, ¿cómo conocer mejor esta nueva realidad?, ¿estamos preparados para afrontarla?
En este artículo quiero, partiendo de estos interrogantes, echar una mirada antropológica sobre este contexto con el fin de vislumbrar las posibles dificultades en la relación enfermera/paciente inmigrante. Me apoyaré para ello en diferentes estudios y en mi propia experiencia investigadora.4
Contexto general. Datos y reflexiones
Paso a exponer algunos datos que pueden ayudarnos a entender el contexto general. Estos datos son los últimos que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística5 (31 de diciembre de 2003) y requieren algunas aclaraciones previas. Hay que decir que se refieren a población extranjera en general, lo que implica no sólo a quienes comúnmente entendemos como inmigrantes, sino también a extranjeros con otro perfil, como el jubilado alemán que vive en la costa, al estudiante inglés o al ejecutivo americano, por poner algunos ejemplos. También hay que decir que los datos del INE incluyen a la población extranjera no regularizada. Aunque siempre hay que ser prudente en el manejo de los datos, creo que pueden servirnos para ver cuales son las tendencias y cual es el perfil del inmigrante hoy.
Veamos los datos más importantes: la población extranjera se sitúa en 2.672.596, lo que supone el 6,26% de la población española. Aproximadamente un millón está de forma irregular. Su distribución en el territorio español es bastante irregular: mientras algunas comunidades autónomas alcanzan tasas alrededor del 10%, como Madrid, Cataluña, C. Valenciana, Canarias, Baleares o Murcia, otras como el País Vasco están sobre el 1%. Madrid y Cataluña superan el medio millón de extranjeros. Por procedencia, el 32% son iberoamericanos; el 22% de la Unión europea; el 20% de África; el 13% del resto de Europa (de los que una parte acaban de incorporarse a la UE) y el 5% son asiáticos. A destacar que los dos países con mayor número de extranjeros son Ecuador y Marruecos. Un dato interesante es la composición de género: El 55% hombres y el 45% mujeres. Esto es novedoso por cuanto tradicionalmente los flujos migratorios tienen una composición muy mayoritariamente masculina, lo que hace que actualmente se hable de feminización de la inmigración. Entre 1998 y 2003 se ha pasado de una población que no llegaba a los 700. 000 extranjeros a los más de dos millones y medio actuales. Este dato revela el carácter espectacularmente creciente de este flujo migratorio.
Hablemos de las causas. Se deben fundamentalmente al fuerte desequilibrio entre el Norte y el Sur: por un lado en el Sur predomina la superpoblación, la desruralización y la pobreza, y por otro lado en el Norte, hay envejecimiento, prosperidad y demanda de mano de obra, por citar algunos de los factores más importantes. Esto hace que se produzca un efecto llamada, desde los sectores económicos necesitados de mano de obra y desde los inmigrantes ya asentados. A lo que hay que añadir la porosidad de las fronteras: no hay que olvidar que aunque se tomen medidas importantes de control éstas tienen una eficacia limitada, como demuestra el hecho de que la mayoría de los inmigrantes que llegan sin papeles a Madrid, lo hacen a través del aeropuerto de Barajas.
¿Qué hacen aquí?. A esta pregunta parecería lógico responder que ¡trabajar! Sin embargo esto no está tan claro en la opinión pública. Hay personas que piensan que muchos inmigrantes no trabajan y que se dedican a actividades negativas: delincuencia, mendicidad, etc. Creo que lo que contribuye a ese desconocimiento son los prejuicios, unos ancestrales y otros de formación más reciente. Está muy anclada en el imaginario español la imagen del "moro" (Checa F, Soriano E, 1999)6 como indica el estudio dirigido por Gema Martín Muñoz, Marroquíes en España. Estudio sobre su integración (2003)7. Podríamos añadir la imagen del gitano, etc, así como la asociación automática que se hace del inmigrante con delincuencia, prostitución, mafias, terrorismo, etc. A esta imagen contribuyen a veces de forma irresponsable los medios de comunicación e incluso las instituciones. Citaré como ejemplo el río de tinta que corrió durante el mes de marzo pasado (2004) en torno a las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid sobre las listas de espera quirúrgica y los extranjeros. Aunque luego la presidenta aclarase que se refería a extranjeros no residentes en España, no puede evitarse que la opinión pública asocie la inmigración a un problema sanitario. Es preciso evitar convertir al inmigrante en chivo expiatorio causante de los problemas sociales. Y también es necesario sacarle del estado de invisibilidad en el que se encuentra. Es decir, hacer que aparezca su contribución social (en un estudio que he realizado sobre el tratamiento de la inmigración en los medios de comunicación escritos durante la campaña electoral del 14-M, en ninguno de los 98 artículos que componen la muestra aparece el inmigrante en primera persona. Se habla sobre el inmigrante, pero éste no habla). En este sentido, los atentados del 11-M pueden servirnos de ejemplo para evidenciar el papel de los inmigrantes en la sociedad española. Se preguntarán algunos ¿y eso qué tiene que ver con la ocupación de los inmigrantes?. Bastante. En los atentados del 11-M murieron 51 extranjeros de 16 nacionalidades, lo que supone el 27% de las víctimas. A las siete y media de la mañana se dirigían, como los demás, a sus centros de trabajo. Creo que estos simples datos evidencian la pertenencia fundamental de los inmigrantes al mundo del trabajo.
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