580 menores enfrentan a las instituciones. Los inmigrantes no acompañados, cuyo número se ha reducido un 17% en Euskadi, desatan la bronca entre el Gobierno Vasco y las diputaciones
Cada menor extranjero cuesta 130 euros al día a las diputaciones de Vizcaya y Gipuzkoa y 100 a la de Álava
28.03.10 - JAVIER MUÑOZ | SAN SEBASTIÁN (VOCENTO- DIARIO VASCO)
Las tres diputaciones vascas tienen actualmente bajo su tutela a unos 580 menores [no] acompañados, un colectivo minúsculo si se compara con la población inmigrante del País Vasco (132.000 empadronados), pero que ha provocado un nuevo enfrentamiento institucional.
La mecha la prendió esta semana la consejera de Justicia, Idoia Mendia, a la sazón portavoz del Ejecutivo autónomo, al denunciar que los adolescentes acogidos en los centros forales están desatendidos y que por esa razón algunos de ellos protagonizan conflictos y motines como el ocurrido este mes en las dependencias de Elgeta. Las diputaciones, gobernadas por el PNV, acusaron a Mendia de «irresponsable» y le exigieron «una rectificación». No obstante, la consejera mantiene que hay menores tutelados que delinquen para no les envíen a establecimientos forales, sino a recintos cerrados o semicerrados del Servicio de Justicia Juvenil, dependiente de la Administración autónoma.
La controversia de los inmigrantes no acompañados, que costarán este año unos 26 millones de euros a las arcas forales de los tres territorios, viene propiciada, en parte, por el reparto de competencias entre las administraciones autonómica y foral; pero bajo la misma se adivinan también dos concepciones distintas sobre la política social.
El PSE, por ejemplo, se ha desmarcado de la propuesta del PNV para distribuir a los inmigrantes no acompañados por cupos entre las autonomías y rechaza que su edad se verifique por un procedimiento único y fiable. En cambio, los diputados generales peneuvistas discrepan del propósito de la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta de permitir a los menores extranjeros a punto de cumplir los 18 años que tramiten la renta básica y la prestación de vivienda (dos subsidios que suman hasta 975 euros al mes en doce pagas).
Rifirrafes políticos
A la postre, los jóvenes tutelados, mucho más numerosos en Euskadi que en Madrid y Valencia, se han visto atrapados en los rifirrafes políticos en los que PSE y PNV protagonizan cada poco tiempo, si bien los representantes de ambos partidos en el Gobierno Vasco, las diputaciones y la Asociación Vasca de Municipios (Eudel) debaten entre bambalinas, y con mucha menos estridencia, el futuro de los servicios sociales y los impuestos que los ciudadanos deberán pagar por ellos.
A decir verdad, pese al cruce de acusaciones entre el Gobierno Vasco y los gobiernos forales, la consejera de Justicia y el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, ya han concertado una reunión el próximo miércoles para tratar sobre los inmigrantes no acompañados, que últimamente han sido noticia sobre todo en aquel territorio histórico.
Los datos más recientes acerca de ese colectivo indican que no sólo no ha aumentado en el País Vasco, sino que se ha reducido un 17% respecto a 2009, cuando llegaron a contabilizarse unos 700. De todos modos, tales cifras deben interpretarse con prudencia, pues pueden variar de una semana a otra debido a que los menores se mueven constantemente de unas comunidades a otras.
Según la información facilitada por las diputaciones, Vizcaya atiende a 362 menores extranjeros y Gipuzkoa, a unos 120. A comienzos de año, Álava acogía a un centenar. Es difícil calcular el dinero que cada territorio histórico habrá gastado a final de año en estos adolescentes (manutención, alojamiento, educadores, una paga para pequeños gastos, etc.).
No obstante, si las cifras actuales se mantienen, el coste anual podría ascender a 17,1 millones de euros en Vizcaya y a 5,6 millones en Gipuzkoa -en ambas provincias, los gobiernos forales firman convenios con ONG para que cuiden a los menores a razón de 130 euros por persona y día, incluyendo todos los gastos-. Álava, por su parte, gastaría unos 3,6 millones -100 euros/día-.
En líneas generales, la mayoría de los jóvenes no acompañados ha emigrado a Euskadi por motivos económicos y son de origen marroquí; pero también los hay subsaharianos y, en los últimos tiempos, de Europa del Este. Esos jóvenes se benefician de una red de acogida foral constituida por una veintena de centros y un número similar de pisos que están diseminados en los tres territorios. Si en algo coinciden el Gobierno Vasco y las diputaciones es que los menores que cometen delitos o faltas son pocos. Un grupo significativo culmina cursos de formación laboral con éxito, aunque su integración social tiene menos repercusión pública que los incidentes que se producen en los centros de acogida.
El diputado vizcaíno de Acción Social, Juan María Aburto, resaltó esta semana que sólo trece jóvenes tutelados en ese territorio tienen cuentas pendientes con la Justicia Juvenil. En Gipuzkoa, tras el motín en un establecimiento de Elgeta, cinco menores fueron enviados al centro de reclusión de Ibaiondo, en Zumarraga. Precisamente, desde el Departamento de Justicia insisten en que, si las diputaciones reforzaran los programas educativos dirigidos a los menores no acompañados, la Justicia Juvenil no acabaría ocupándose de algunos de ellos. No obstante, Aburto replicó que la polémica no ha servido sino para vincular la inmigración con la marginalidad y la delincuencia, una relación que no es cierta.
DV
La Diputación de Vizcaya gasta 30 millones al año en atender a los menores extranjeros. 362 chavales bajo tutela foral vizcaína. Las Juntas instan al Gobierno central a fijar un sistema de cupos de inmigrantes por comunidades
LAS REACCIONES
JUAN MARÍA ABURTO PNV
«No es poner vallas, sino crear servicios mínimos en otros territorios»
SUSANA GONZÁLEZ PSE-EE
«El PNV trata a los menores como si fuesen un problema»
CARMEN CARRÓN PP
«La Diputación lo está haciendo bien; los recursos son limitados»
ANA TELLERÍA EB
«Lo de repartir personas no nos suena bien; pero el PSE se contradice»
JOSEBA GEZURAGA EA
«Es un tema serio cuya manipulación fomenta la xenofobia»
27.03.10 - DAVID S. OLABARRI | BILBAO.(EL CORREO)
Las Juntas Generales vizcaínas acogieron ayer un nuevo 'round' de la polémica institucional que enfrenta al Gobierno vasco (PSE) y a las diputaciones (PNV) por la atención que se presta a los menores extranjeros no acompañados. Desatado el pasado miércoles a raíz de unas declaraciones de la consejera de Justicia del Ejecutivo autonómico, Idoia Mendia, en las que acusó a los gobiernos territoriales de no cuidar como es debido a los jóvenes que se encuentran bajo su tutela, el enfrentamiento que mantienen socialistas y nacionalistas en esta materia vivió ayer un nuevo episodio de la mano de dos proposiciones no de norma que dieron lugar a un acalorado debate.
A nivel práctico, sólo salió adelante la iniciativa defendida por el grupo jeltzale, que pide la creación de un sistema de cupos para que todas las comunidades se impliquen en los cuidados a este colectivo. El diputado de Acción Social, Juan María Aburto, que tomó la palabra expresamente para volver a salir al paso de las acusaciones de Mendia, explicó que Vizcaya es uno de los territorios punteros en la asistencia a los menores. Una afirmación que reforzó con una serie de datos. Entre ellos, subrayó que la Diputación ha invertido 100 millones de euros en los últimos tres años para atender al número «creciente e imprevisible» de menores extranjeros que llegan al territorio.
En la actualidad, hay 362 chavales bajo tutela foral. Una cifra que se encuentra muy por encima de los 120 jóvenes que se atienden en Madrid, del centenar de Valencia, de la decena de Navarra o de la ausencia de servicio en La Rioja en esta materia, según los datos aportados ayer por distintos representantes de los grupos políticos. Fuentes forales añadieron ayer que Vizcaya es el segundo territorio que más menores cobija, sólo superado por las islas Canarias.
«Profundamente dolidos»
Con estos datos en la mano, Aburto recalcó que el Gobierno foral no pretende desentenderse de la atención a los menores, pero confesó que la actitud del resto de comunidades les hace pensar que esta situación «sólo preocupa» en Vizcaya. Por eso, insistió en que se sienten «profundamente dolidos» por las palabras de la consejera -Mendia aseguró que algunos adolescentes que han cumplido castigos judiciales han vuelto a delinquir para seguir en centros del Gobierno vasco en vez de ser acogidos en un establecimiento foral- y defendió la necesidad de establecer un sistema de cupos que permita crear «servicios mínimos en otras comunidades y abordar este fenómeno «cambiante» con «equilibrio».
Esta última propuesta salió adelante con los votos favorables del PP, que defendió la labor de la Diputación en esta materia, y EA, que presentó dos enmiendas e insistió en la necesidad de tratar con «responsabilidad» una realidad cuya «manipulación» puede fomentar la «xenofobia». En concreto, la iniciativa insta al Gobierno vasco a que presente una «solución» en la comisión interautonómica de tal manera que cada comunidad atienda a un determinado número de jóvenes en función de la población.
Opuesta a la planteada por el PSE-EE, la propuesta del PNV fue acogida con gruesas críticas por parte del resto de la oposición. La juntera socialista Susana González aseguró que el PNV ve a los menores «como un problema» y rechazó la idea del cupo, que consideró «vergonzosa» e «inconstitucional». «Los niños son niños vengan de donde vengan», subrayó. Los portavoces de Aralar -que la calificó de «vergonzosa»- y Alternatiba -que apuntó que este sistema da a entender que se trata de una forma de repartirse «algo que causa problemas»- también rechazaron la medida. La representante de EB, que se abstuvo, subrayó que lo de «repartir personas» no le suena bien, pero también mantuvo cierta distancia con la iniciativa del PSE.
La proposición socialista, rechazada con los votos de PNV y PP, pedía instar a las instituciones públicas a que establezcan «todos los mecanismos necesarios» para que la condición de extranjero no suponga para los menores no acompañados «un elemento de discriminación negativa». También se emplazaba a la Diputación a continuar trabajando en planes educativos, formativos y de inserción social y laboral, «de tal manera que todos los menores no acompañados tengan un proyecto educativo y de inserción laboral en el que puedan ser apoyados y acompañados en la época de emancipación laboral».
No hay comentarios:
Publicar un comentario