juny de 2005
Le conocí bastante y le quería mucho. Mi compañera no lo sabía.
Ese día empezé a escribir esto, pero pensé que para hacerle un homenaje digno a Àhmed, para que lo que escribiese fuese bien aceptado y entendido, necesitaba datos concretos, de su vida y de su muerte. Y acudí a la periodista Sílvia Barroso para lo último, pues ella había escrito un breve del suceso cuando ocurrió, el domingo del referendo europeo. Y ella me pidió que le ayudase a reconstruir su historia, cosa que no he podido hacer, con datos y fechas concretas. No sé bien de donde ha obtenido la información que explica. No pretendo comentar el artículo. Quiero hablar de Àhmed, con pocos datos y con muchos sentimientos.
Le transcribo así el nombre, Àhmed Samudi, con acento grave o abierto, en catalán, y le llamo ciudadano, ciutadà.
Suelo hacerlo con todos los chicos marroquíes, porque les considero conciudadanos míos, por haber estado bajo la tutela de mi gobierno, de la entonces Dgai, y llevar muchos años viviendo entre nosotros, en mi barrio natal, el Raval de Barcelona, y en las calles en las que aprendí a andar y
que no me cansaré de pisar.
Y también le llamo Goril.la, y en catalán, que es el mote que le pusieron los niños, por su linda cara. Le llamo así porque él mismo me dió permiso.
Le conocía desde enero del 2000, él era muy pequeño, 13 o 14 años, y yo hacía poco tiempo que sabía de la situación de los chicos como él, los menores no acompañados tanjauis, los moritos. Había llegado a finales de 1999, después del Ramadán.
Le conocí junto a Lourdes, otra querida compañera que ahora vive en el Brasil (un petó Buba). Àhmed era el típico niño que, siendo tan pequeño y vulnerable, estaba siendo abandonado y maltratado por mi gobierno, la entonces Dgai o Dgam, y él se sumergía en el mundo de la calle, con otros
niños.
De ese grupo recuerdo a varios, especialmente a " el ciutadà Àhmed Hàmdam, dit Samaca" (peixet, sardineta / pescaíllo, sardina) por lo escurridizo que era. No sé qué es de Samaca actualmente. Tenía dos hermanos menores en Cataluña, el Samacota el Gordo, y el Samaqueta, que era el pequeño y muy pequeño. No sé qué es de ellos.
También recuerdo muchísimo a " el ciutadà Khàled El Bari ", sin mote que yo conozca, expulsado por indocumentado, ilegalmente, hace un año, justo con 18 años y diez días, recién salido de un centro de justicia juvenil. No sé qué es de Khàled actualmente.
Conocimos a Goril.la con este mote, a la semana nos dijo que se llamaba Mustafa, y a los quince días nos dijo que se llamaba Àhmed Samudi. Ya hacía tiempo que su mamà catalana ( mi gobierno ) le maltrataba, le abandonaba y, conociendo su nombre, se lo ignoraba. El mote de Goril.la no le gustaba,
claro está, pero me dijo que de nosotros no le importaba, porque le tratábamos con respeto y cariño.
De los tres niños, en ese año 2000 y en el 2001, pusimos muchas instancias en la Dgaia y en la Fiscalía de Protección de Menores, quejas en la Sindicatura de Greuges (defensor del pueblo), y también denuncia en el juzgado de guardia. También tuvimos que llevarles muchas veces al hospital.
Desde luego, lo que pedíamos era su protección, en la denuncia acusábamos a la entonces Directora General de la entonces Dgam, una triste funcionaria llamada Anna Soler i Ramos. Por entonces, los trabajadores de la Dgam le llamaban " l'encausada ".
Las instancias nunca fueron contestadas, ni por la " tutora " ni por la Fiscalía. Las quejas sí, pues el Síndic mantuvo los expedientes abiertos durante dos años, sin respuestas de la Dgaia. Las denuncias en el juzgado fueron desestimadas, éramos pocos, pobres e ignorantes de los entresijos y trucos de la maquinaria maltratadora.
La Directora General siempre supo de las denuncias contra ella al día siguiente de ser presentadas, porque un servidor las registraba en su oficina y le llamaba por teléfono para comunicárselo personalmente. La abertura al diálogo y el interés supremo del menors siempre estaban en
primer lugar, al menos por nuestra parte.
No conseguimos hacer un seguimiento completo del recorrido de Àhmed Samudi, por sus viajes a Bilbao y a otros sitios, sus estancias en justicia juvenil y por la azarosa vida en la calle. Sí sé que fué repatriado 2 o 3 veces, y expulsado otras 2.
Y Àhmed siempre volvía a mi país, a mi ciudad, a mi barrio. Y cuando volvió después de la primera expulsión, ya con 18 años, había dado el estirón que no había llegado a dar antes. Y tenía metro ochenta y pico. Y nos costó reconocerle. Y seguía con su linda cara de Goril.la. Y seguía siendo el chico más cariñoso y educado que pudiera haber en la calle de Barcelona.
Nunca pidió ayuda, y nunca la aceptó. El maltrato institucional y la vida en la calle pudieron más que lo que llamamos acción educativa. Cuando ya de mayor le encontré, siguió sin aceptarla. Yo me confortaba pensando que el chico no se " estropeaba ", pues era tan majo como siempre, le encontraba haciendo la compra y me invitaba a té o a cocacola.
Y ahora me dicen que se ha suicidado, que era agresivo, que entre la Dgaia, la Fiscalía y las policías tenía más de 15 nombres. Es mentira.
Me cago en esa gentuza, todos sabíamos que se llamaba Àhmed Samudi, y así en catalán, porque después de 4 o 5 años de tutela, después de 5 o 6 años de vivir en mi barrio, Àhmed era catalán.
Y no era agresivo, que nos lo pregunten a Lourdes o a mí.
Y no se ha suicidado. Mi abuela, que es extremeña, dice " entre todas la mataron y ella sola se murió ". No se ha suicidado, se lo han cargado a base de tanto maltrato institucional. Seguramente ya se lo habían cargado antes de morir.
Os confieso que tengo deseos malos y malos pensamientos, aunque sé perfectamente que se atienen a derecho : Quiero y deseo fervientemente ver a alguien acusado, juzgado y condenado, y no solo por prevaricación o por la vía administrativa.
Me gustaría que alguien acabase por lo penal, entre rejas y pagando con dinero a la madre del niño al que tenían que haber cuidado por mandato legal, y por sentido común y humanidad y tradición cultural.
Habrá quien me llame demagogo, populista y otras cosas peores : tienen derecho a opinar.
Yo les llamo mentirosos, delincuentes y mala gente : tengo derecho y tengo obligación a ejercer de ciudadano, a proteger a un niño, y a denunciar a quien lo maltrate, aunque sea mi gobierno.
Disculpad estas palabras, la verdad es que estoy muy afectado y no debería escribir esto así, con estas palabras y este tono. Seguramente no debería escribir nada. Y es que me siento en deuda con Àhmed. No voy a parar hasta recuperar su memoria. Quizás pueda visitar a su madre y sus hermanos un día, en Char Ben Díban, y explicarles que era un buen niño, y que me lleven a su tumba, estar un rato cerca de él y compartir con los suyos el dolor. Me siento en deuda con Àhmed.
Son muchos los niños que han acabado mal, muy mal, o muertos. Ya tuvimos que enterrar a uno que nadie quería enterrar, " el ciutadà Òmar Tabúkh ", que había sido tutelado y murió a los 18 años y un mes en la calle, y que fué acompañado en su entierro por tres ciudadanos tontos, un imán bueno y un hipócrita que hoy es diputado. La madre, el padre y los hermanos y primos de Òmar quedaron muy agradecidos de que les visitase en su casa del barrio tanjaui de Uarda, y les explicase cómo fué el entierro. No pude contarles cómo era Òmar, porque no le conocía, aunque sí a su hermano mayor Reduan. Nadie nunca les había explicado nada de la vida de su hijo Òmar en Cataluña.
Los peores momentos que hemos vivido en estos seis años, en la calle, en los hospitales, en las comisarías y juzgados, y fiscalías, en los centros, en la Dgaia, la entidad mutante que no cambia, siguen repitiéndose ahora.
Me cago en esta gentuza.
Un saludo, Essalam Iraila Ben Diban.
http://www.vilaweb.cat/www/elpunt/noticia?p_idcmp=-1009810
> Punt i a part. Viatge de Tànger a la mort
S. BARROSO
Va néixer a Tànger fa 18 anys i es va suïcidar a Barcelona fa tres mesos, després d'haver creuat l'estret de Gibraltar amagat sota un camió, d'haver estat un nen del carrer i d'haver passat pels serveis socials, per la justícia juvenil i per la justícia d'adults. El diumenge 20 de febrer, Ahmed Samodi va calar foc a la seva cel·la de la presó de joves de la Trinitat. Aquell dia es deia Muhammad Hamid, un dels seus noms falsos. Era a la presó des del dia abans, després d'unes hores de llibertat -havia sortit del mateix centre el dia 17- i d'un intent de robatori amb violència.
De tornada de l'hospital on el van atendre de la intoxicació pel fum, el noi va ser conduït a una cel·la d'aïllament. A l'hora del recompte, feia un quart d'hora de l'últim control, el van trobar penjat. Havia utilitzat els seus pantalons i una repeu. El van reanimar i va arribar viu a l'hospital Vall d'Hebron, però va morir al cap de dos dies. Les lesions al cervell havien estat irreversibles. La notícia va córrer entre els seus amics, al carrer, als centres de justícia juvenil. Havia mort el Goril·la, un «líder primitiu», com el defineixen els que el coneixien.
Havia arribat a Catalunya amb 14 anys, a final de l'any 2000, procedent de Beni Makada, un barri perifèric de Tànger. A Barcelona va passar pel centre obert Joan Salvador Gavina, però aviat va entrar en el circuit de la justícia juvenil per la porta de les estrebades al carrer, algunes de les quals derivaven en enfrontaments en què havia estat agressor i, altres vegades, agredit. Després d'una estada en un centre tancat, la Generalitat va repatriar-lo al Marroc. Amb tot, va aconseguir tornar i va reiniciar el circuit.
Havia crescut molt i se li havien suavitzat les faccions amb què s'havia guanyat el sobrenom de Goril·la, però continuava sent l'Ahmed, «primitiu per al bo i per al dolent, molt afectuós però amb reaccions violentes amb qui no hagués establert vincles amb ell», recorda una persona que l'havia tractat.
La seva última estada al centre de justícia juvenil L'Alzina es va acabar al gener, en què va sortir en llibertat després de complir l'última condemna. Ja era major d'edat, tenia 18 anys, i a partir d'aquell moment passava a la jurisdicció d'adults.
El 18 de febrer va intentar la seva última estrebada, al carrer del Bisbe. Els Mossos d'Esquadra del Palau de la Generalitat el van veure a través de les càmeres de videovigilància i van sortir a detenir-lo. S'havia enfrontat amb el defensor de la propietària de la bossa que volia arrabassar. Li va trencar el nas i aquesta agressió -un delicte de lesions-, afegida al fet que no pogués donar una adreça fixa al jutjat de guàrdia, van fer decidir la magistrada a fer-lo empresonar preventivament. L'advocat que el va assistir, Miquel Garcia, el recorda «molt nerviós, agressiu», però esperava poder aconseguir que sortís en llibertat provisional abans del judici ràpid. No sospitava que dos dies després Ahmed Samodi seria a l'UCI i la jutgessa n'ordenaria la posada en llibertat per la impossibilitat del detingut de fugir.
Sis persones s'intoxiquen en un incendi provocat per un reclús a la presó de
joves. El fum va obligar a evacuar una vintena de persones de la zona de
«vis-à-vis» del centre de la Trinitat
SÍLVIA BARROSO
Dos reclusos i quatre funcionaris de la presó de joves de la Trinitat van
resultar intoxicats ahir al migdia per la fumera d'un incendi provocat per
un intern. El jove era en una de les cel·les del departament d'ingressos i
va aprofitar una estona en què es va quedar sol per calar foc al matalàs.
Segons fonts penitenciàries, a més dels ferits, va caldre evacuar
preventivament les sales dels vis-à-vis familiars, on hi havia una vintena
de persones, entre reclusos i visitants. Va caldre la intervenció dels
bombers per apagar el foc i els intoxicats van ser traslladats amb
ambulància a l'hospital de la Creu Roja.
+ La presó de joves, al barri de la Trinitat de Barcelona. Foto: LLUÍS
CRUSET.
Un altre incident en una presó en un any negre per als serveis penitenciaris. Les alarmes antiincendis del departament d'ingressos del centre de joves de la Trinitat -per a interns de més de 18 anys i menys de 26- van saltar ahir poc després de la una del migdia, a l'hora de les visites del diumenge. Quatre funcionaris es van adreçar a les cel·les d'on venia el fum i van intentar apagar el foc amb els extintors del centre, com fan habitualment en cas que hi hagi un conat d'incendi. L'intent, però, va ser inútil, perquè la fumera era massa espessa i estava massa estesa.
Mentre arribaven els bombers, els funcionaris van obrir la cel·la on havia començat el foc i la del costat, també inundada de fum, i en van rescatar els dos reclusos que hi havia.
L'incendi s'havia iniciat perquè un dels interns rescatats havia calat foc al matalàs, segons van informar fonts penitenciàries. Es tracta d'un jove amb proplemes psicològics detingut la setmana passada i que havia arribat al centre dissabte. Encara no se li havia assignat la plaça definitiva i compartia una cel·la d'ingressos amb un altre noi. Quan el company va sortir per ser traslladat a la sala de visites, el jove va provocar l'incendi.
Els funcionaris investigaven ahir a la tarda com s'ho havia fet per calar foc al matalàs. Tot i que ell no tenia cap encenedor, creuen que podria haver-lo robat a algú altre, ja que al mòdul d'ingressos es permet als reclusos -si no estan considerats perillosos- fumar i tenir els estris que ho permeten.
Les dues persones que van inhalar més fum van ser el mateix causant del foc i el jove que era a la cel·la del costat, ja que la paret i la porta que separen els dos habitacles no van ser un obstacle suficient per a la fumera.
De fet, el fum era especialment espès per la matèria de què estan fets els matalassos. Segons van indicar fonts de la presó, el mobiliari de les cel·les està tractat amb substàncies que el fan ignífug, però «si s'hi aplica una flama amb insistència, igualment acaba encenent-se». Quan això passa, a penes es produeixen flames, però la fumera és més espessa i tòxica que en els casos en què la combustió crema altres materials més corrents.
Els incidents a la presó de joves, on es concentren tots els presos preventius i condemnats d'una franja d'edat cada cop més conflictiva, són cada dia més freqüents. Els sindicats de funcionaris es queixen des de fa temps de la precarietat de l'edifici, petit, vell i amb una estructura «laberíntica» i poc funcional.
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