Del 18 al 31 de marzo de 2010 // Diagonal GLOBAL // 11
PRUEBAS ILEGALES // ENTIDADES TUTELARES ENCARGAN, AL MARGEN DE LA FISCALÍA, PRUEBAS ÓSEAS A CHICOS CON PASAPORTE
Menores, pero sobre todo inmigrantes
El PNV ha defendido en el Parlamento la validez de las pruebas óseas para determinar la edad de los menores extranjeros, obviando los numerosos casos en que éstas dejan a menores en la calle.
Patricia Manrique, Redacción Cantabria
Yahyad, 17 años, mauritano y con pasaporte. Tres pruebas oseométricas y, a la tercera, la vencida, se impugnó su fecha de nacimiento. Está en la calle, indocumentado, sólo y sin formación. Ahmed, 17 años, argelino, 19 según las pruebas. Ya ha pasado por varios Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y es probable que sea expulsado.
Casos reales que contradicen la pretendida generalidad del "chico barbado", el "menor mayor" planteado, con gran sorna pese a la gravedad del tema, por Emilio Olabarría en el Congreso el pasado febrero. El diputado peneuvista pretendía que la Fiscalía estableciera el uso de las pruebas oseométricas como criterio general para determinar la edad de Menores Extranjeros No Acompañados (MENA).
Primer asalto en una estrategia ilegal: unas pruebas cuestionadas por todo tipo de expertos, con un margen de error de 18 meses, se anteponen a una documentación válida.
El Congreso accedió a "ponerlo en conocimiento" de la Fiscalía General del Estado.
Visiones enfrentadas
El Defensor del Pueblo asegura "no compartir la percepción" de Olabarría: "Desgraciadamente, en las numerosas quejas recibidas, tenemos ejemplos de lo contrario", señala, "menores que no han cumplido ni los 16 años y se encuentran en la calle tras haber cesado en su tutela la administración autonómica tras la realización de una prueba oseométrica".
En la misma línea, educadores sociales de Madrid, Catalunya, Euskadi, Melilla o Asturies advierten de que existe una preocupante mayoría de chicos menores que, disponiendo de un pasaporte válido, son tratados como mayores debido a las pruebas.
Pese a la obligación del Estado de mantener un registro de MENA, desde 2006 no hay cifras oficiales que cuantifiquen la realidad de estos chavales ni un registro común que facilite su seguimiento. Esto ha permitido el empleo de datos cuanto menos dudosos, casi siempre sobre la presunción de una 'avalancha'.
Como muestra de ello, los porcentajes difundidos en los medios en las últimas semanas y que, basados en la intervención de Olabarría en el Parlamento, establecían que "entre el 60% y el 80% de los supuestos MENA son falsos menores".
Aunque el diputado se refiriese a cifras de Álava, Juan Ignacio de la Mata, abogado de la madrileña Fundación Raíces, reflexiona: "Mientras no tengamos garantizado que esas pruebas se hacen con las debidas garantías, no podemos
saberlo. Esta afirmación no se ajusta para nada a la realidad".
Vicenç Galea, educador social y miembro del colectivo de defensa de los derechos de la infancia DRARI, insiste en la necesidad de que los criterios sean uniformes, pero no basados en las cuestionadas pruebas: "El criterio común tendría que ser documentar al MENA como manda la ley: hablar con su familia, partida de nacimiento, libro de familia…". Calcula que sólo en Catalunya, durante el año pasado, al menos un centenar de chavales manifiestamente menores quedaron fuera del sistema de protección tras practicárseles las pruebas a instancias de la entidad tutelar catalana, la DGAIA.
La petición de Olabarría coincide en el tiempo con una denuncia del Fiscal Jefe de la Audiencia Provincial de Vitoria, Josu Izaguirre, de que la Administración foral (gestionada por el propio PNV) está realizando pruebas oseométricas "de forma ilegal". Las pruebas, que debieran debieran
ser practicadas únicamente a instancias de la Fiscalía (pues, de señalarse falsedad documental, el implicado estaría incurriendo en un delito) son encargadas, de modo ilegal, por las entidades tutelares. Álava era la única provincia del País Vasco que cumplía el protocolo, establecido en la Ley de Extranjería y refrendado por la circular 2/2006 de la Fiscalía.
Este tipo de caso se ha vuelto a poner en evidencia con los 18 subsaharianos rechazados por el Instituto del menor y la Familia de Madrid, hecho que ha sido denunciado por la Fundación Raíces, y que está siendo investigado por el Defensor del Menor, Arturo Canalda. De la Mata insiste en la situación de cruce de intereses en que se hallan estos menores, que carecen de representación judicial para defenderse de las entidades tutelares que deberían ampararlos.
Sólo en Barcelona, el presidente de la fundación privada FICAT, Albert Parés, ha registrado 35 casos de inmigrantes menores de edad con el mismo problema en los últimos ocho meses. A juicio del Defensor del Pueblo esta práctica, "se extiende de modo preocupante".
denuncia la práctica por
la que las CC AA usan las
pruebas óseas para
impugnar pasaportes
ANÁLISIS // EL PARLAMENTO ASUME TÍMIDAMENTE LA PROPUESTA DE OLABARRÍA E INFORMARÁ A LA FISCALÍA
¿Criterios dispares o ilegales?
La propuesta del PNV pretende refrendar lo que ya se hace: utilizar las pruebas oseométricas para impugnar documentación válida.
MIKEL MAZKIARAN*
El Grupo parlamentario Vasco EAJ-PNV defendía en febrero una homogeneización de criterios para la determinación de la edad de los Menores Extranjeros No Acompañados (MENA) y la necesidad de continuar investigando la existencia de organizaciones o personas que proveen de falsa documentación a dichos MENA. Su propuesta fue aprobada por 339 votos a favor y dos abstenciones. Durante el debate CiU introdujo dos enmiendas destinadas a que la administración del Estado otorgue sin dilaciones el permiso de residencia al que tienen derecho estos menores e investigue sin dilaciones las circunstancias familiares del menor recogidas en el artículo 35.5 de la Ley.
Los argumentos del Sr. Olabarría en defensa de su moción eran dos: la existencia de criterios dispares y las organizaciones mafiosas que al
parecer se dedican a falsificar pasaportes.
Y los ejemplos esgrimidos para ilustrar esta disparidad provenían, en su mayoría, de lo ocurrido en Álava. Pues bien, analizando lo ocurrido en el Congreso podríamos concluir diciendo que el diputado nacionalista "llevó al huerto" a sus señorías aprobando una moción que encierra otras intenciones.
En primer lugar, el ejemplo alavés tiene connotaciones que no se citan. Recordemos que en Álava la Diputación Foral se niega a tutelar a los menores y ha recibido un aviso de la Fiscalía en este sentido; además, las pruebas de edad practicadas no han sido ratificadas por el fiscal. Sin embargo, el caso alavés sí nos sirve para destapar lo que esta moción esconde. La Diputación alavesa se niega a tutelar a los chavales alegando que sus pasaportes son falsos; sin embargo, la policía científica ha acreditado que el documento no está manipulado; pero no se discute la veracidad de los datos que contiene. Este es el verdadero y espinoso debate que se desea trasladar a las fiscalías.
Desde un punto de vista estrictamente jurídico, el tema es de una gran complejidad: existe una presunción de veracidad del pasaporte, que es un documento oficial; si se duda de la fecha que aparece en ese pasaporte podrá aportarse una partida de nacimiento legalizada y traducida; ahora bien, ¿y si el Registro Civil donde se emite este certificado tampoco resulta fiable?
¿Dónde ponemos el límite?
Cuando en la moción se habla de homogeneizar criterios, tal vez se quiere decir lo siguiente: si la prueba ósea da una edad superior a la del pasaporte primará esta prueba forense; si el pasaporte otorga una edad superior a la prueba ósea, entonces vale la edad del pasaporte.
Esta discusión, aunque esté de actualidad en algunas provincias, no significa que sea nueva; los tribunales han resuelto de manera clara y unánime que prima la edad del pasaporte.
Y lo que pretende el PNV es cambiar este criterio a través de la Fiscalía con una moción que ha seducido a los demás grupos. No confundamos por tanto "criterios dispares" con "criterios ilegales".
* Mikel Mazkiaran es abogado de SOS Racismo Gipuzkoa.
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