Cursos, conferencias, promover la acogida o la adopción, algunas de las actividades para celebrar esta jornada
Mañana sábado se celebra en todo el mundo el Día de los Derechos del Niño, una jornada que no ha pasado desapercibida para distintas entidades y organizaciones de la ciudad, que con tal motivo han organizado diversos actos.
Así, por ejemplo, el proyecto Bioeducan Melilla, del Campus de Melilla ha organizado una exposición que se podrá disfrutar desde el lunes 22 al sábado 25, así como una mesa redonda que tendrá lugar el próximo viernes 24 en la Sala de Grados del centro universitario en la que participarán Verónica Aznar, de Melilla Acoge; José Palazón, de la Asociación Prodein y; Manuel Lorenzo, de Movimiento por la Paz.
En esta charla actuará de moderador José M. Cabo, de la Facultad de Educación y Humanidades del Campus Universitario de Melilla.
El objetivo de está actividad es divulgar y promocionar la Convención de los Derechos del Niño, alrededor de su 21 aniversario.
Bioeducas Melilla es un proyecto del Campus que nace para dar respuesta a los problemas que nos afectan a todas las personas en todo el mundo y quiere ser una herramienta al servicio de la sostenibilidad y el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, partiendo de nuestro ámbito local, Melilla, para sentirnos parte de un único mundo.
Este evento cuenta con el patrocinio de la Universidad de Granada, el Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo (Cicode) y la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN).
La Convención de los Derechos del Niño es, en toda regla, un Tratado Internacional sobre Derechos Humanos, que fue aprobado en Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. España ratificóla convención y lo convirtió en un texto de referencia en nuestro ordenamiento jurídico (Ley del menor, Extranjería).
La Convención, que desarrolla 54 artículos, reconoce que los niños son individuos con derecho de pleno desarrollo físico, mental y social, y con derecho a expresar libremente sus opiniones. Además la Convención es también un modelo para la salud, la supervivencia y el resto de derechos, así como para el progreso de toda la sociedad humana.
La necesidad de una "carta magna" universal para los niños, no solo se justifica por la existencia de países que no poseían leyes de protección a los menores, sino también porque en muchos países ricos, en donde sí existen leyes, no se cumplen. Por tanto, una mirada global a la infancia no puede orientarse hacia los países desfavorecidos, sino hacia todos los Estados.
Se van a cumplir 21 años desde que todos los niños y niñas del planeta tienen derechos, pero este avance sigue siendo una esperanza para muchos.
El año 2000 nos trajo una iniciativa global, los Objetivos del Milenio (ODM). Los derechos del niño están bien representados en los ODM. Solo se puede hacer un comentario:
Si aceptamos que nuestros esfuerzos sólo pueden promover la reducción al 50 por ciento de los pobres más severos del mundo, y fallamos en ese objetivo, ¿qué esperanza le queda a los 500 millones de peersonas con los que no existe ningún compromiso firmado actualmente?.
Futumelilla
Otra de las entidadades que también se suman a esta celebración es la Fundación Tutelar 'Futumelilla', que ha organizado el III Curso para captación y formación de voluntarios tutelares.
En este sentido, los próximos días 22, 23 y 24, se va a impartir esta actividad, en horario de 18:00 horas a 20:00, en el Palacio de Exposiciones y Congresos.
Por su parte, la Asociación de Familias de Acogida y Adopción hace un llamamiento a la solidaridad de los melillenses para que se hagan familias colaboradoras "y comprueben lo maravillosa que es la experiencia de ser familia de acogida", tal y como ponen de manifiesto en un comunicado de prensa.
Satse
Por último, también el sindicato de Enfermería Satse, a través de la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (Funden), se suma a esta campaña de celebración, con la realización de diferentes actos que llevarán a cabo en distintos puntos de España, incluido Melilla, bien en hospitales, en centros de Salud o en colegios.
El objetivo de esta campaña es mostrar el trabajo que desde el área de Enfermeria se realiza para cuidar la salud de los niños.
Manifiesto del Día Universal del Niño
Bn 1954 la Asamblea General recomendó mediante la resolución 836 que todos los países instituyeran el Día Universal del Niño, fecha que se dedicaría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero y se destinaría a actividades propias para promover el bienestar de los niños del mundo. La Asamblea sugirió a los gobiernos que celebraran el Día en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente. El día 20 de noviembre marca la fecha en que la Asamblea aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.
La campaña Decir Sí por los niños y las niñas fue promovida por el Movimiento Mundial en favor de la Infancia. Según el Libro de récords mundiales Guinness, fue la mayor petición de apoyo jamás realizada en todo el mundo.
Todos tenemos que crecer
Este lema de la Comunidad de Madrid pretende provocar: por un lado, una reflexión en el adulto para que perciba que tiene algo que cambiar en su forma de ser o comportarse; y por otro lado, se expone la posición crítica de la infancia para que no dé por "normales o buenos" ciertos comportamientos sociales. En otras palabras pretende hacer patente que, para que los niños puedan crecer bien, los mayores tienen algo que hacer, tienen que cambiar...¡También tienen que crecer!
Adopción y acogimiento
¿Cuál es la diferencia entre adopción y acogida? ¿Qué niños pueden ser acogidos? ¿Cuánto tiempo dura una acogida? Éstas son algunas de las preguntas que se hacen las personas que, por los motivos que sea, no pueden o no quieren adoptar un hijo pero, en cambio, estarían dispuestas a acoger temporalmente a un menor en su familia. La acogida consiste, precisamente, en asumir durante un periodo variable de tiempo el cuidado que necesita un niño o adolescente que no puede ser atendido por su familia natural.
La adopción y la acogida son dos medidas distintas de atención a los niños desamparados y por tanto, hay que diferenciar entre los niños que se pueden adoptar y los que se pueden acoger. La acogida de niños resulta algo desconocida en el Estado español, a pesar de que la realidad con que se encuentran los Servicios Sociales es que la mayoría de los niños en situación de desamparo y bajo la tutela de la Administración necesita una familia acogedora -en cualquiera de las diversas modalidades que existen-, que cuide de ellos, siempre contando con el apoyo de profesionales cualificados.
¿Qué es exactamente la acogida?
La acogida consiste en cuidar temporalmente a un niño y facilitar que pueda volver con su familia biológica. Entonces, una abrumadora mayoría de personas dice: "Yo no podría hacer esto, te encariñas con el niño y luego te lo quitan. Debe de ser muy doloroso". No le falta razón a esta afirmación. Sin embargo, esto supone que hemos confundido la acogida con la adopción. De hecho, si reflexionamos un poco veremos que algunos de nosotros hemos colaborado sin darnos cuenta en situaciones de acogida: cuidando puntualmente a un sobrino nuestro, al hijo de unos amigos, o incluso al de algún vecino que, por ejemplo, ha estado ingresado en un hospital durante un tiempo. Esto que en ocasiones se realiza de manera voluntaria en realidad está regularizado por las Administraciones Públicas, que tratan que todo menor disponga de aquellos elementos adecuados y necesarios para su correcto desarrollo, crecimiento y educación.
Diferencia entre acogida y adopción
Tanto la adopción como la acogida son dos recursos del sistema de protección social a la infancia. La finalidad de ambos es proporcionar a todos los niños que estén en situación de desamparo un contexto seguro, permanente y estable en una familia de forma temporal o definitiva, cuando la suya propia, de forma temporal o definitiva, no puede hacerse cargo de ellos adecuadamente.
Una de las diferencias entre adopción y acogida es la temporalidad de cada una de estas dos opciones. La adopción, cuando es ratificada por el juez, es una medida permanente. La acogida, en cambio, es una medida limitada en el tiempo. Es decir, las personas que acogen a un niño serán responsables de él durante un período que variará en función de las características del niño acogido y de las circunstancias puntuales de su propia familia. Además en una acogida deberán tenerse en cuenta varios aspectos que facilitarán el retorno del niño a su familia de origen, siempre con la ayuda y el asesoramiento de los Servicios Sociales.
Más niños en situación de acogida
Existen varias razones. Una de ellas es que nuestras leyes dan prioridad al cuidado del niño por parte de su familia biológica. En principio, esta actitud es lógica y razonable. Sin embargo, ¿qué pasa cuando esta familia está pasando por una situación perjudicial para el niño (no es adecuada para el niño temporalmente)?, ¿dónde empiezan los derechos del niño y dónde acaban los de su familia biológica? Precisamente estas cuestiones son las que han hecho surgir la necesidad de crear la figura de la acogida, más conocida, aceptada e implantada en algunos países del norte de Europa que en España. Esta opción facilita que los niños sean atendidos por una familia que sustituye temporalmente a la suya. Sin embargo, las Administraciones no encuentran suficientes familias dispuestas a aceptar estas condicones(acoger menores temporalmente). Como consecuencia, estos niños son amparados (acogidos) por las instituciones públicas, en sus centros de acogida o centros residenciales. En estos centros, los niños son atendidos por profesionales especializados en el trato de infancia en situación de riesgo. De esta manera, los menores tienen cubiertas las necesidades básicas en todos los aspectos de su desarrollo, pero el contexto en que viven, por muy cuidado y preparado que esté, no es el contexto óptimo y habitual de la mayoría de los niños: la familia.
Otra de las características que diferencia la adopción del acogimiento es la relación con la familia biológica. En este último caso, hay que preservar al máximo la relación del niño con su familia biológica siempre y cuando esta relación exista, no perjudique al niño y sea susceptible de mejorar con ayuda de los Servicios Sociales y la propia colaboración de los implicados. Sin embargo, este proceso en principio no tiene una limitación temporal a pesar del beneficio del niño.
La acogida supone la elaboración y desarrollo de un plan de integración permanente en el que intervienen: el niño, su propia familia y la familia de acogida. Estas cuestiones serán tenidas en cuenta en función de la edad del niño; por ejemplo, en el caso de los adolescentes se prioriza su preparación para la independencia.
Debemos tener en cuenta que todo niño acogido llegará a la nueva familia con un bagaje e historia particulares de vivencias y aprendizajes. La familia de acogida deberá adecuar las estrategias educativas al niño en concreto, se respetarán sus antecedentes, se facilitará la relación y vinculación con su propia familia y habrá que prepararle para su regreso a ella. Los Servicios Sociales siempre harán el seguimiento del caso.
La acogida en el ámbito nacional
La franja de edad de los niños abarca de 0 a 17 años. El tiempo de espera, en comparación con las adopciones, suele ser breve. La acogida se obtiene después de que la Administración Pública valide a la futura familia como idónea.
El tiempo de acogida puede ir desde unos días hasta varios años, e incluso puede no concluir hasta la mayoría de edad del niño. En todos los casos, los padres acogedores tendrán la guarda del niño pero no la tutela. Es decir, se encargarán de todos los cuidados que precise el menor pero su tutela dependerá del Estado.
Todo niño tiene derecho a vivir y crecer en el seno de una familia. Si puede disfrutar de esta situación tendrá la oportunidad de una estabilidad emocional e incluso mejoría en todos los aspectos de su desarrollo.
Teniendo en cuenta la realidad nacional, en la que actualmente hay muchos niños en situación de acogida pero más solicitud de adopciones que de acogidas, las Administraciones Públicas empiezan a plantearse más seriamente ayudar y facilitar la acogida a todos los niveles posibles: informando a la sociedad en general, formando a los futuros acogedores y a los profesionales que tratan con ellos, ayudando laboral y/o económicamente a las familias acogedoras y realizando procesos de seguimiento y apoyo a estas familias en todos sus ámbitos de actuación.
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