"Si todos aportasen las mismas ayudas que Bizkaia, sería más llevadero hacer frente a la realidad de la inmigración"
Casos como el suceso de Santurtzi, en el que el lunes fallecieron dos jóvenes inmigrantes, tocan la fibra sensible del diputado foral de Acción Social. "En Bizkaia contamos con un programa para facilitar su formación, pero a veces no es suficiente", lamenta Aburto
Juan Mari Aburto, diputado de Acción Social, frente al Palacio Foral en plena Gran Vía bilbaina. (Pablo Viñas)
Bilbao. Cuando se reúne en su despacho con familias que están atravesando una mala situación, su lado más solidario se multiplica. Desde su responsabilidad al frente del Departamento foral de Acción Social, su único objetivo es ayudar a quien lo necesita, aunque es consciente de las limitaciones. Las personas dependientes y con problemas en Bizkaia siguen siendo la prioridad para la Diputación. La crisis ha obligado a recortar recursos en casi todos los departamentos forales, menos en el que dirige Juan Mari Aburto.
Los jóvenes inmigrantes. Una realidad muy real también en Bizkaia.
Una realidad a la que no le podemos dar la espalda y para lo que también destinamos parte del presupuesto.
Llegan en busca de una vida mejor, pero a veces terminan encontrando la muerte.
Es el lado más triste de estos jóvenes que un buen día decidieron salir de su hogar, llegaron hasta Bizkaia en busca de una mejor vida, pero solo encontraron la muerte. Es terrible.
¿Qué parte de responsabilidad tienen las instituciones?
Con el tema de inmigrantes somos muy hipócritas. Seguro que las personas que dicen que todas las ayudas de la Diputación van para los inmigrantes no decían lo mismo ayer. Existe un doble lenguaje en todo esto. Por un lado, los que no se cansan de decir que todas las ayudas sociales van para los inmigrantes, lo cual no es cierto, y por otro, quienes exigen a las instituciones que atendamos a todo el mundo en perfectas garantías de igualdad.
Solo se habla de menores cuando se produce algún suceso negativo.
Claro, solo en esos casos se habla de ellos, pero no se habla de los jóvenes inmigrantes que todas las mañanas cogen el autobús para ir a los centros a estudiar, igual que lo hacen mis hijos. Esos chavales están labrándose un futuro y nosotros estamos ayudando a que lo puedan hacer. Aún así, cuando alguien dice: "¿Dónde van a estar mejor que aquí?"; pues, la verdad, es que donde mejor están es con sus familias, en su hogar, tengan los problemas que tengan allí.
Bizkaia tiene un proyecto sólido dirigido a estos menores.
Es un proyecto exigente que tiene que ver con la formación de los menores para posibilitar que adquieran las habilidades necesarias para que, en el momento que salgan de los centros, puedan estar preparados para iniciarse en el ámbito del empleo y de la inserción social.
¿El aumento del número de menores inmigrantes es tan alarmante como parece?
Se mantiene estable. No ha aumentado. Tenemos en la actualidad 339 menores extranjeros en los diferentes centros vizcainos.
¿Y no son muchos?
Como dato relevante, Canarias decía recientemente con satisfacción que habían conseguido mitigar el fenómeno de llegada de jóvenes inmigrantes porque han llegado solo 50 menores. Aquí no ocurre eso. Lo cierto es que, en lo que llevamos de 2010, 288 jóvenes no acompañados han llegado a Bizkaia.
La comparación...
El servicio sigue saturado, pero es imposible controlar el flujo de inmigrantes menores. No podemos mirar a otro lado cuando la realidad es la que es. Gracias a que muchos se van a lo largo del año podemos seguir ofreciendo el servicio; si no fuera así, sería imposible. Es evidente que Bilbao es atractivo, pero el resto del Estado tendrá que desarrollar proyectos, como hacemos nosotros, para posibilitar la inserción de estos chavales.
En varias ocasiones ha solicitado la solidaridad interterritorial para hacer frente a esta realidad.
Y la seguimos solicitando. Es fundamental, pero no solo el apoyo de las comunidades estatales, sino también de los territorios vecinos. Parece que Araba y Gipuzkoa están mejor que nosotros, y si todos aportásemos las mismas ayudas, sería mucho más llevadero hacer frente a esta realidad, que realmente tiene un control muy difícil.
Porque el dinero se acaba.
Uno de los desafíos más importantes es hacer frente a la necesidad de generar los recursos económicos suficientes para atender la creciente demanda de bienestar ciudadano. Debe hacerse por tres vías: con el copago con el Gobierno vasco, con la eficacia y la austeridad en el gasto, y con la financiación vía presupuestos.
El objetivo, garantizar la financiación.
La propuesta de la Diputación no pasa por reducir el nivel de prestaciones sino por garantizar su financiación. Por eso, es necesario un plan consensuado y de carácter permanente para el control del fraude.
Tercera edad, inmigrantes, mujer y personas con problemas físicos y psíquicos. Todos tienen su espacio.
Todos. Tenemos que ser capaces, no sólo de atender a las personas mayores, inmigrantes, sino también de ofrecer una calidad de vida a personas con problemas mentales y discapacitados físicos.
¿Cómo va el programa de acogida familiar?
Bastante bien, pero necesitamos más familias que estén dispuestas a acoger en su hogar a niños que hayan ingresado en centros forales.
¿Las familias requieren de una preparación previa?
Sí. Una familia no puede acoger a un niño sin haber pasado por un programa. Hay que tener claro que ese niño tiene una familia, y que lo único que vamos a ofrecerle es una mejor vida hasta que su familia biológica pueda ofrecérselo.
¿Hay muchos niños en Bizkaia a la espera de ser acogidos?
Los hay. Hay menores con problemas psíquicos, unos hermanos que no queremos separar y para los que nos gustaría encontrar una familia. También hay un centro de niños menores de tres años que nos gustaría que estuviese vacío, porque donde mejor esta un niño de seis meses es con una familia.
Residencias, centros especializados, ayudas en el entorno familiar... ¿cómo se cuadran los presupuestos?
Difícilmente. Lo que ponemos en un departamento se quita del otro. Es una cuestión que preocupa desde hace tiempo a la Diputación. Es necesario una exhaustiva reflexión política para lograr un pacto que garantice la sostenibilidad de los servicio sociales. Nosotros estamos trabajando con tesón para conseguirlo.
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